La teoría genera reflexiones importantes para la vida; sin embargo, es la acción la que genera transformación.
En la entrega anterior de nuestro blog, describíamos el tránsito que hace una idea hasta transformarse en un sueño; mencionábamos, además, la importancia de concretar ese sueño en una realidad; coincidíamos, por último, en afirmar que emprender era una decisión de vida.
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Hoy, deseamos hablar de qué sucede luego de que tomamos una decisión. Siéntate, tómate un café y conversemos un poco. Al igual que tú, nosotros tomamos una decisión definitiva ocho años atrás, con ella, logramos transformar un sueño en una realidad y esa realidad en una pasión a la que nos entregamos por completo.
Has decidido transformar esa idea en un sueño, en una realidad. ¡Buena y retadora decisión! A partir de este momento tu proyecto será tu objetivo, hacerlo viable un horizonte y verlo crecer un propósito. Pero vamos con calma.
Ejecutar, por supuesto, es lo que se quiere, pero salir a caminar sin trazarse, ni siquiera un pequeño rumbo, no es buena idea. Por elemental que sea nuestro proyecto debemos darle forma, fijarnos unos objetivos y diseñar un plan. Al fin y al cabo, siempre necesitaremos de alguna estrategia.
Te haremos cinco preguntas básicas que te permitirán llevar tu decisión a la acción.
Toma una hoja de papel o abre un Word:
- ¿Tu proyecto tiene nombre?: Ya sea que busque únicamente llamar la atención o que corresponda a esa conexión entre tú y tu proyecto, el nombre es fundamental. Él representará la identidad de la marca, su filosofía, su razón de ser. En esta lista, es la primera acción, pero no siempre es así, en ocasiones la idea de un nombre, viene después.
- ¿Qué hace / Qué vende? ¡Básico! De esta respuesta salió la decisión de emprender. Sabemos que tú lo tienes claro; sin embargo, al escribirlo podrás identificar muchas cosas adicionales: oportunidades, amenazas, viabilidad, competencia. En fin, al escribir verás un panorama mucho más amplio.
- ¿Quién necesita lo que ofreces?: Puede ser una pregunta que para muchos puede resultar obvia; sin embargo, una gran parte de emprendedores se raja al responderla y eso puede llevarlos a frustraciones futuras por no alcanzar los objetivos planteados.
- ¿Cómo lo vas a vender? Otra pregunta que pone a titubear a un emprendedor. Es fundamental que diseñes un plan, por sencillo que sea, para dar a conocer tu producto. No pongas la falta de dinero como excusa. Si bien es cierto, es importante, como seres humanos estamos diseñados a la sobrevivencia y estamos seguros que si te lo propones, has de encontrar una forma de hacerte publicidad, por sencilla que esta sea. Ya sabes, en el papel o en el Word que abriste anota todas las ideas que te lleguen…
- ¿Cuándo vas a comenzar? La pregunta definitiva. De nada sirve tener el nombre más atractivo, el producto o servicio ganador, un público que se enamorará de tu marca y una estrategia vanguardista, sino comienzas. ¡Q ‘ hubo! Ya es hora dejar la teoría y pasar a la acción.
Te deseamos buen viento y buena mar. Estamos seguros que lograrás, esperamos que tú también lo estés.
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